Comer, una experiencia de vida
Proveniente de una familia numerosa, cada reunión en casa de mis padres, se convertía en una romería. Siempre nos sentábamos alrededor de la mesa a disfrutar del trabajo colectivo que habíamos compartido: cocinar, poner la mesa, servir, hacer mandados, preparar los tragos, etcétera. Pero, sobre todo, conversábamos, escuchábamos las historias de nuestros padres, bromeábamos, nos sentíamos parte del otro, nos queríamos con esa convivencia.