La historia de vida de Aung San Suu Kyi, personaje emblemático de la política del lejano Myanmar –la antigua Birmania-, es abordada de una forma sintetizada, pero contundente en la cinta The Lady dirigida por Luc Besson.
Hija del libertador Aung San -quien negoció la independencia de la entonces Birmania del colonialismo británico en 1947 y que ese mismo año fuera asesinado por un grupo antagonista de paramilitares-, es retratada de manera impecable en la cinta, a pesar de que aborda solo ciertos aspectos de la vida de la que fue nombrada también Premio Nobel de la Paz en 1991.
La cinta sitúa a Aung San Suu Kyi viviendo en Londres con su marido, un reconocido escritor inglés y sus hijos, cuando debe volver a su país a atender la salud de su madre en un momento en el que Myanmar está enfrentando una serie de revueltas populares en contra del gobierno de facto impuesto por los militares. Ella se convierte en un estandarte para la lucha de los rebeldes, que la ven como una sucesora del trabajo que realizó su padre y que es venerado como un defensor de las libertades del pueblo birmano.
La película muestra las acciones que la Junta Militar implementó en su contra al saber de su popularidad, misma que podría echar abajo al gobierno militar predominante. El hostigamiento y la serie de prohibiciones a la que la han sometido desde su llegada a Myanmar, es parte de lo que se aborda en este film ampliamente recomendable.
Es la historia de una mujer libre que intenta hacerle frente a la adversidad que le representan sus raíces y que ante la tortura y el acoso de la que es objeto responde con las sutilezas de una mujer inteligente, educada, sabia y delicada.
Ficha técnica:
Dirección: Luc Besson
Guion: Rebecca Frayn
País: Francia, Reino Unido
Año: 2011
Producción: Luc Besson, Andy Harries, Virginie Silla, Jean Todt
Fotografía: Thierry Arbogast
Música: Eric Serra
Reparto: Michelle Yeoh, David Thewlis, Benedict Wong
Un comentario
Vaya que así fue, las palabras quedan cortas. De esos momentos que nos regala la vida inesperadamente y que quedan para siempre.